El aumento del tamaño de las mamas se logra mediante la realización de un procedimiento quirúrgico en el cual se introduce una prótesis (implante) permanente debajo del tejido mamario, mejorando así su forma, volumen y proyección. La mamoplastia de aumento se realiza en mujeres que consideren que sus mamas son pequeñas, que han sufrido cambios involutivos después de un embarazo o que presentan diferencias marcadas de tamaño por defectos congénitos o adquiridos.
No existe un tamaño ideal para las mamas y el volumen que finalmente se use dependerá principalmente de los deseos de la paciente con la orientación profesional del cirujano plástico. Los implantes que se usan en la actualidad, aprobados por la FDA, son de un material biocompatible: cubiertas de silicona, microtexturizadas (rugosas) y resistentes, rellenos de gel de silicona de alta cohesividad, es decir, que no se derrama en los tejidos en caso de ruptura. Es muy importante el uso de implantes de marcas con una trayectoria conocida y un adecuado respaldo puesto que en este momento existe una amplísima oferta de marcas de implantes que abaratan los costos de la cirugía pero que no proporcionan la seguridad necesaria y que pueden generar mayor número de complicaciones a mediano y largo plazo.
Los implantes se introducen en la mayoría de casos a través de una incisión en la parte inferior de la areola lo cual camufla la cicatriz, en algunos casos si el tamaño de la areola es muy pequeño la cicatriz se ubicará en el surco inframamario. Técnicas como la introducción axilar o umbilical son poco utilizadas en nuestro medio. La ubicación de los implantes puede ser retro-glandular (detrás de toda la glándula mamaria) o en la mayoría de los casos en un plano dual, es decir, parte detrás del músculo pectoral y parte detrás de la glándula.